Según informó a Europa Press su descubridor, el español de 30 años, Francisco Angulo Lafuente, se trata de un combustible que se obtiene de residuos orgánicos, como basuras domésticas y desechos de agricultura y podas vegetales, a los que se le aplica un cultivo de bacterias --de la familia firmicutes, como e.coli, y levaduras--, que transforman el compuesto en ácidos grasos convirtiéndolo en 'ecopetróleo'.
Las bacterias completan este proceso en unos siete u ocho días, y la parafina resultante posee un color entre amarillo y anaranjado, aunque sus características son las mismas que las del petróleo, y emite una cantidad menor de dióxido de carbono (CO2) "mucho menor, y que además se compensa con la cantidad de CO2 que consumen los vegetales que se usan para su elaboración".
El coste de producción oscila entre los 0,15 y los 0,20 céntimos el litro, y actualmente se obtiene un litro de combustible de diez kilogramos de residuos, aunque Angulo Lafuente explicó que "se pretende abaratar aún más el proceso, de forma que se puedan reducir costes y mejorar la producción".
La diferencia fundamental de este 'ecopetróleo' con el petróleo convencional reside en que "por no estar bajo tierra no ha cogido la contaminación de azufre y plomo, y es un petróleo limpio, ya que emite menos dióxido de carbono en su combustión y no contamina", apuntó el investigador.
Por este motivo, el director comercial de la empresa, Jacinto García, comparó el hallazgo con "el descubrimiento de América", ya que confirmó que "provocará un cambio total de la ruta de las energía", algo que revocó Angulo Lafuente, ya que "permitirá descentralizar la energía y no depender de ella, ya que actualmente es propiedad de algunos".
Este descubrimiento, además de ser un combustible "contribuye a aliviar la recogida de basuras orgánicas, así como la hambruna, ya que ahora hay mucha demanda de biodiésel que procede de oleaginosas, que se utilizan para productos básicos de alimentación". Además, dijo que parte de los impuestos de su venta "se destinarán a reforestación".
Una de las ventajas de este procedimiento "es que se aplica la biotecnología y el proceso no requiere un aporte energético, porque es el propio cultivo de bacterias el que produce los ácidos grasos, simplemente se añade en un reactor la materia orgánica, el compuesto de bacterias y dejarlo actuar".
Los ácidos grasos resultantes "no se diluyen en el agua y son fácilmente extraíbles, simplemente por decantación". Y es que hay procesos para obtener bioetanol, un alcohol que se diluye en el agua y que hay que obtener por un proceso de destilación en el que hay que emplear una cantidad de energía "enorme, superior a la que se va a obtener", explicó Angulo Lafuente.
PROYECTO.
El joven investigador español comenzó el proyecto en solitario en 1997, aunque en la actualidad "somos un gran equipo que ha incorporado empresas privadas y universidades hasta convertirse en una sociedad anónima que tiene varias patentes".
Por su parte, García supeditó la llegada de este compuesto a las gasolineras de toda España "dependiendo de la velocidad en las gestiones y trámites de los diferentes gobiernos autonómicos", aunque estimó este plazo entre seis y 12 meses en la Región de Murcia.
PROCEDIMIENTO.
La invención consiste en un procedimiento para la obtención de combustibles a partir de residuos con contenidos orgánicos, tales como basuras domésticas, e incluye "una trituración de la masa a tratar, la adición de agua, en su caso, para obtener una masa homogénea, el tratamiento biológico a temperatura ambiente mediante levaduras y bacterias.
A continuación se procede a la evacuación y extracción de las fracciones gaseosas de metano y líquidas como aceites, y el procedimiento incluye la eliminación de residuos sólidos precipitados y el mantenimiento o recuperación de una cierta cantidad de microorganismos empleados.
Puesto que el tratamiento es biológico "siempre es deseable mantener una cantidad de microorganismos en condiciones de uso, por lo que se incluye como parte del procedimiento la recuperación o mantenimiento de, al menos, parte de los microorganismos en el propio reactor", según la empresa.
El resultado "es el mismo petróleo convencional, solo que conseguido tras un tiempo de laboratorio, de tan solo ocho días, sin los contaminantes añadidos en el actual combustible, tras siglos de creación, por su contacto con los elementos de tierra, y lógicamente sin los efectos secundarios de la contaminación".Fuente: Europapress
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